Para las sociedades urbanas, el planeta es percibido como un lugar regido por leyes humanas y, como tal, es el resultado de un plan. La ambición de los exploradores, de los escaladores, es relativizar esa percepción del mundo, transmitir que hay otros órdenes de existencia.
La mezcla de ambición, modestia y generosidad caracteriza a los impulsores del montañismo, una disciplina con más de doscientos años y varios nombres propios, entre ellos, Reynhold Messner.
El escalador italiano tiene el honor y el mérito de haber coronado los catorce ochomiles que copan la geografía terrestre, una pasión que se ha ido transformando en el proyecto de divulgación Messner Mountain Museum, que cuenta con varios centros en Europa.
La última aportación es MMM Corones, situado en la zona del Tirol del Sur, entorno donde discurriría la infancia del propio Messner.
Para este emblemático lugar, Zaha Hadid diseña un edificio de 1000 metros cuadrados, semincorporado a la masa rocosa y con tres vuelos orientados a las formaciones montañosas de Zillertal, Dolomitas y Ortler, lo que regala una vista panorámica del impresionante enclave.
Está realizado a partir de muros de hormigón armado, distribuido en varios niveles y matizado exteriormente por el efecto de la fibra de vidrio para minimizar el impacto sobre el territorio; tan solo la retícula de incisiones de acero rompe las líneas orgánicas de esta arquitectura adaptada, un símbolo del respeto y pasión por la montaña plasmado por el estudio de Zaha Hadid.